Movimiento, cambio, transformación…

Hace mucho que no publicaba nada aquí por falta de tiempo para dedicarle a la escritura y, tal vez, por falta y de inspiración, pero hoy quiero compartir una pequeña reflexión a modo de celebración de un año de haber lanzado este Blog.

Cuando uno crea algo, llámese libro, pieza musical, coreografía, pintura, escultura, etc., uno no sabe en qué puede llegar a convertirse eso que fue creado con un propósito o simplemente por una inspiración. Es igual cuando traemos un bebé a este mundo: no sabemos cómo se va a desarrollar y en qué se va a convertir.

Por lo tanto, la vida es un misterio del que surge un primer movimiento (idea, inspiración), que va cambiando y transformándose sin que tengamos mucho control sobre estos procesos, pues se van dando de forma natural.

Esto sucedió con Alumbrare, y desde un principio lo supe: estaba creando algo que el tiempo mismo iba a ir transformando; así, lo que empezó como un Blog para compartir la palabra y hablar sobre símbolos, se fue convirtiendo en mi portafolio de servicios donde el Yoga, el Reiki y el acompañamiento a la gestación con Talleres Prenatales son las raíces de este árbol que va creciendo poco a poco.

Como una oruga que se envuelve en una crisálida para convertirse en mariposa, los procesos vitales y creativos se componen de las tres etapas que menciono en el título, veamos:

Ilustración por @bismutocreativo

Movimiento: todo proyecto surge de un movimiento energético. Cuando tenemos una idea surge una motivación en nuestro interior que nos permite dar un primer paso. Y esto casi siempre surge cuando tenemos una necesidad de cambio, cuando por fin decidimos salir de la zona de confort y ver de qué somos capaces. Es la oruga soñando con volar, pero no sabe de dónde puede obtener las alas y decide plegarse, moverse hacia adentro y entrar en aparente quietud. Desde adentro se empiezan a gestar los cambios.

Cambio: cuando nos damos cuenta de que es una locura esperar que las cosas sean diferentes si seguimos haciendo las mismas acciones, ahí entramos en ese movimiento interno de la oruga dentro de la crisálida y nos entregamos al cambio, abrazamos la crisis que nos llevó a ese estado sin oponer resistencia y nos relajamos al saber que el cambio es lo único permanente, confiando en que el resultado solo puede ser para algo mejor.

Transformación: cuando el proceso de cambio termina, estamos listos para una etapa nueva en la cual, lo que conocíamos antes, ha tomado una nueva forma. La oruga se ha convertido en mariposa y poco a poco podrá abrir sus alas. Ese pequeño ser que se arrastraba, ahora puede volar en las alturas, y si eso lo logra un insecto, ¿te imaginas la capacidad de transformación que tiene un ser humano?

Con estos tres primeros pasos puedes lograr lo que te propongas: desarrollar un proyecto, viajar, formar una familia, obtener o crear un trabajo, sanar tu mente y cuerpo, vivir la vida de una forma más amena aunque no tengas todo lo que quieres en un momento determinado, pero siempre sabiendo que tendrás lo que necesitas en el camino que estás transitando.

Y todavía hay otros procesos más allá de la transformación que nos recuerdan que la vida es una espiral infinita, pues también tendremos que morir como mariposas para transmutar y empezar nuevamente otro ciclo. ¿Te das cuenta de que cuando logras un propósito no quedas satisfech@ y buscas más? Pues eso: el proceso de vida es inagotable, estamos en un ciclo de vida-muerte-vida constante…

Y tú, ¿quieres desplegar tus alas y convertirte en lo que estás llamad@ a ser?

Carolina