Gansos y cisnes: animales místicos
- Carolina
- 2 sept 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 28 dic 2020
En todas las culturas del mundo existen animales a los que se les ha venerado de una u otra forma. Ancestros indígenas de todo el mundo sabían desde tiempos inmemoriales que los animales son seres que tienen una misión y que nos enseñan mucho si sabemos interpretar lo que nos muestran.
En diferentes comunidades ancestrales se identificaban con las características y poderes de ciertos animales como algunas aves, osos, lobos, entre otros. De esto nos quedan muestras de tótems que representan el poder de esos seres y su conexión con las comunidades humanas.

En el lugar donde he vivido hay una impresionante variedad de fauna y flora, pero no hay gansos ni cisnes que son animales que desde pequeña me llamaron la atención y hoy quiero compartir un poco su significado a nivel simbólico. Ocas o gansos, cisnes y patos, todos estos animales pertenecen a una familia de aves llamada anatidae, del orden de las anseriformes (anser es ganso en latín). Su punto en común es que son aves migratorias y que se mueven tanto en el agua, como en la tierra y en el cielo; es precisamente lo anterior lo que las hace tan especiales y lo que les da las características que muchas culturas del mundo le atribuyeron como animales sagrados.

Pato: empecemos por el más conocido en esta zona del planeta donde habito. Normalmente, el símbolo del pato es la unión de la pareja, tal y como se muestra con los patos mandarines. Representan la fidelidad conyugal porque son animales que suelen ir en pareja. Otra representación diferente sobre este animal la dan algunos pueblos indígenas de América, para los cuales el pato es un guía perfecto porque, como ya mencioné, conoce tanto el agua, como la tierra y el cielo.
Por lo demás, este animal es confundido con los cisnes en diferentes tradiciones. (¿Recuerdas el cuento del patito feo?, termina convirtiéndose en un cisne, pero eso es otra historia…)
Oca o ganso: en general, las aves han sido la representación del alma en muchas culturas. La capacidad de volar las acerca al cielo y esta característica etérea está ligada al mundo espiritual. En el antiguo Egipto se identificaba el alma con el ganso, además porque en muchos mitos se dice que es el guardián del Huevo Cósmico (más adelante hablaré sobre esto).
Tanto la cultura egipcia como los celtas y la tradición china, hablan de las ocas como mensajeros, semejantes a los ángeles (palabra proveniente del griego ἄγγελος –ángelos– que significa mensajero), pues sus alas nos recuerdan esa capacidad de volar y de estar entre dos mundos, cielo y tierra, y así portar los mensajes entre ambos.

En la antigua Roma, las ocas se consideraban guardianas, pues se creía que presentían peligros y por lo tanto avisaban de estos. Estaban siempre cerca al templo de la diosa Juno. También en otros lugares del mundo como Asia central y Rusia, existen algunos cuentos en los que se mencionan los gansos.
Conectándonos con otros asuntos que parecen desligados, en el Camino de Santiago de Compostela se pueden encontrar marcas semejantes a las huellas de las ocas. Se dice que el conocido Juego de la Oca, es un mapa laberíntico de ida y vuelta del camino, creado por los Caballeros Templarios para encriptar información. Por otro lado, cerca de esta región europea pero más hacia el sur, encontramos una región francesa llamada Occitania; el idioma de este lugar es conocido como lengua de Oc y, antiguamente, los hombres que trabajaban la piedra para construcción de catedrales en esta región se denominaban “Jars” que en lengua occitana es el macho de la oca. La palabra Jars podemos asociarla a Jacques (nombre francés), Jack (nombre en inglés), Jakin (saber o sabio en euskera). Todas palabras que proceden de Jacob nombre del que deriva Yago que luego sería Tiago y que al asociarlo con el santo quedaría ¡Santiago! De ahí que al Camino de Santiago se le conozca como ruta jacobea.
Estos términos se usaban antiguamente como adjetivos para designar a los hombres que realizaban obras arquitectónicas sagradas, por lo tanto, leyendo un poco sobre algunos términos en la Xacopedia* vamos a relacionar una palabra más: jakinak, que son los que tienen los saberes de la alquimia. Su camino coincide con Compostela y de hecho el Camino de Santiago recorre varios lugares con denominación “Oca”. Este es, sin duda, un camino iniciático lleno de simbolismos y nos habla de la conexión con lo divino: la oca, el ganso, la alquimia, la sabiduría... (*http://xacopedia.com/Jakin)
Además, hay que recordar que Jacob fue el patriarca bíblico al que luego denominaron Israel y, como ya vimos en otro artículo, el nombre Israel significa, entre otras, “alma”. El camino jacobeo es esa representación del viaje iniciático hacia el encuentro con el alma y las ocas como animales que representan la conexión entre cielo, tierra y agua son ese símbolo de comunicación entre mundos, como ya dijimos, las aves como representación del alma.

Finalmente, conectándonos con la cultura nórdica, la runa Algiz es similar a la huella de la oca de la que hemos estado hablando. Su representación en la cultura vikinga es la de un hombre con los brazos abiertos hacia el cielo en señal de petición de protección o de agradecimiento a los dioses. Una vez más se relaciona con la comunicación entre mundos. Es además símbolo de fuerza, pues su forma recuerda las estructuras con las cuales se construían las columnas para las grandes edificaciones. También semejan los cuernos del alce que representan la defensa y, de nuevo, la protección.
Cisne: al igual que las ocas, los cisnes han sido considerados animales sagrados para muchas culturas, por ejemplo, para los celtas el ganso equivalía al cisne y su significado era el de mensajero de los dioses. Muchos textos celtas mencionan esta ave que, aunque puede recorrer 3 mundos, es esencialmente celeste por su capacidad migratoria.
Por otra parte, en Grecia, el dios Apolo estaba ligado a estos animales, pues lo representaban en su carruaje tirado por estas blancas aves, símbolo de la luz, la pureza y la belleza. Apolo era asociado al sol y dios de la música, la adivinación y la poesía. Es por eso que los cisnes son el símbolo de la poesía, de los sacerdotes y druidas –cuyo don es la palabra–, de los músicos y sus cantos. Y es que el cisne es representación del aliento divino a través del cual se pronuncian las palabras que crean el mundo. El canto de este pájaro es la manifestación de la palabra y por lo tanto también de la luz. Se creía antiguamente que antes de morir, el cisne cantaba de una forma sublime, lo cual mostraba una unión mística hacia el otro mundo.
Al igual que con el ganso, muchas son las historias sobre cisnes en los diferentes lugares, pasando por Grecia, Rusia, Asia, etc. Una de estas historias es precisamente el mito griego de Leda y el cisne, el cual cuenta que un día Zeus deseaba a Leda, la esposa de Tindáreo y, para acercarse a ella, se presentó en forma de cisne y ella se dejó seducir por él. Esa noche, al unirse a su esposo, Leda engendraría 4 hijos, los cuales nacerían de 2 huevos, siendo Pólux y Helena hijos semi-inmortales de Zeus, y Cástor y Clitemnestra, hijos mortales de Tindáreo.

Con esta historia hay algo que apuntar y es el huevo del cual surgen estos personajes, el huevo es un símbolo de la creación. El cisne se convierte en el que pone o incuba el “huevo del mundo” y está relacionado con el hamsa de la tradición de la India, veamos: Brahma, el creador aparece montado en un cisne como símbolo de elevación hacia el conocimiento. Su consorte Sarasvati, también asociada al cisne, es la diosa del conocimiento divino, la creatividad y el arte. Hamsa es el espíritu divino que flota sobre las aguas. Tanto el trimurti –Brahma, Vishnu, Shiva– como el tridevi –Sarasvati, Lakshmi, Parvati– surgen del huevo cósmico que es puesto por la Diosa Madre, Ammavaru, pues ella es el origen de todo.
En los Upanishads, textos sagrados del hinduismo, se menciona al ave migratoria, hamsa, como si fuera el alma. Podemos pensar que de ahí puede surgir la idea de la transmigración de las almas de un cuerpo a otro.
Resumiendo el “desvío” sobre el Huevo Cósmico, podemos decir que al abrirse un huevo en 2 partes, surge el mundo dual: el cielo y la tierra, los Dioscuros de Leda (Cástor y Pólux), el yin-yang chino… En fin, de la unidad surge la dualidad y con ésta el mundo que conocemos.
Aunque sólo mencionamos la tradición de India, el nacimiento del mundo a partir de un huevo es una idea generalizada en la mayoría de culturas. Pero no es solamente un símbolo de nacimiento, también lo es de resurrección, como podemos ver en las celebraciones de pascua (fiesta muy antigua en diferentes culturas, por ejemplo, en la tradición germánica es dedicada a la diosa de la primavera Ostara o Eostre). Es común en muchos países, celebrar la pascua en el inicio de la primavera, decorando con huevos pintados de colores. El huevo aquí es, como dijimos, símbolo del resurgir de la vida.
Volviendo al cisne y para cerrar el tema, hay una asociación más que se hace a partir de la alquimia: es un animal que expresa la unión de los opuestos, lo cual le da un valor andrógino por contener la polaridad.

Como conclusión, tanto el pato como la oca y el cisne nos muestran las visiones de diferentes culturas del mundo que coinciden en un mismo mensaje: son animales que representan el alma y la conexión con los diferentes mundos. Las parejas de patos o cisnes nos muestran la dualidad que se representa también al abrirse el Huevo Cósmico, pero al mismo tiempo, el cisne en su representación del alma, nos recuerda el principio único del que todo surge. Su capacidad de migración nos recuerda además que somos seres nómadas, que nuestra alma es viajera a través del tiempo y el espacio y que, en general, aunque no nos movamos, vamos de un lado a otro constantemente, pues recordemos que el planeta gira alrededor del sol, que las galaxias viajan y que el universo está en constante expansión.
Carolina
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